jueves, 22 de mayo de 2025

Ringo Bonavena: El Ídolo del Boxeo Argentino Asesinado por la Mafia en Nevada

¿Puede un ídolo popular enfrentar a Muhammad Ali, bromear en su cara y terminar asesinado por la mafia en el desierto de Nevada? La vida de Oscar “Ringo” Bonavena fue una historia de gloria, coraje y tragedia que marcó para siempre el boxeo argentino.

Ringo Bonavena

De Parque Patricios al mundo: los primeros pasos de una leyenda

Oscar Natalio Bonavena nació el 25 de septiembre de 1942 en el barrio de Parque Patricios, Buenos Aires. Desde muy joven se vinculó al Club Atlético Huracán, donde no solo se hizo hincha, sino también boxeador. Con un físico imponente, mirada pícara y voz aflautada que contrastaba con su potencia en el ring, Bonavena se fue ganando el cariño de todos.

Tenía algo especial. No solo peleaba bien: entretenía, hablaba, provocaba, sonreía. Su personalidad desbordaba carisma y su carácter bonachón lo convertía en alguien querido incluso fuera del boxeo.

Rumbo a la gloria: el salto a Estados Unidos

El talento de Bonavena cruzó fronteras. Pronto, promotores lo llevaron a Estados Unidos, la cuna del boxeo profesional. Allí, en 1966, logró una victoria crucial frente al canadiense George Chuvalo, uno de los pesos pesados más duros del momento. Este triunfo le abrió las puertas del legendario Madison Square Garden, donde enfrentaría al temible Joe Frazier.

El 21 de septiembre de 1966, Ringo dio una de las mejores actuaciones de su vida. Aunque perdió por puntos, tiró dos veces a Frazier a la lona. El público estadounidense lo ovacionó. No había ganado, pero se había ganado el respeto.

El combate con Muhammad Ali: una batalla para el recuerdo

Después de años de altibajos y más de 20 peleas, Bonavena volvió a destacarse con tres victorias por nocaut frente a Manuel Ramos, James J. Woody y Luis Pires. Así logró otra oportunidad: enfrentar nada menos que a Muhammad Ali, el mejor boxeador de todos los tiempos.

Sabía que no tenía chances reales. Pero eso no lo detuvo. Al contrario: Ringo se divirtió como nunca. En la previa de la pelea lo provocó sin cesar, le hizo gestos, se burló, y hasta le gritó en la cara “¡Gallina!”. Ali, tranquilo, no se inmutó.

El combate se celebró el 7 de diciembre de 1970 en el Madison Square Garden. Duró 15 rounds. Ali fue claramente superior, pero en el décimo asalto, Bonavena lo arrinconó, lo hizo trastabillar y por un momento pareció que podía lograr lo imposible. Lo salvó la campana.

En el round final, agotado y golpeado, Bonavena cayó. Fue derrotado, sí, pero salió del ring con la frente en alto. Le había dado pelea al más grande.

El oscuro final: mafia, amenazas y un asesinato sin justicia

Ya en el ocaso de su carrera, Bonavena se trasladó a Nevada. Allí fue representado por Sally Conforte, una mujer poderosa en el mundo del boxeo, propietaria del famoso burdel Mustang Ranch, en Reno. El problema era que su exesposo, Joe Conforte, estaba vinculado a la mafia y no soportaba la cercanía entre Ringo y Sally.

Las amenazas comenzaron a volverse cada vez más serias. Joe le advirtió a Bonavena que no volviera al burdel. Pero Ringo, valiente como siempre, no se amedrentó.

La noche del 22 de mayo de 1976, en las afueras del Mustang Ranch, fue interceptado por el matón Ross Brymer, quien le disparó con un rifle de alto calibre. Ringo murió en el acto, con solo 33 años.

El crimen, con claros vínculos mafiosos, fue rápidamente encubierto. Brymer solo pasó 15 meses en prisión. El caso fue caratulado como "homicidio involuntario".

El adiós a un ídolo: velorio multitudinario en el Luna Park

El cuerpo de Bonavena fue repatriado a Argentina. Su velorio en el mítico estadio Luna Park fue una despedida monumental: más de 100.000 personas pasaron para darle el último adiós. Vecinos, fanáticos, periodistas, colegas y hasta políticos se acercaron a despedir a uno de los íconos más grandes del deporte nacional.

Hoy, Ringo descansa en el cementerio de la Chacarita. Su tumba, simple y adornada con guantes de boxeo, recibe visitas todos los años. Su legado sigue vivo.

Más que un boxeador

Oscar “Ringo” Bonavena no fue solo un peleador. Fue una figura popular, un showman, un símbolo de valentía y desparpajo. Peleó contra los mejores, hizo reír a todos y terminó su vida trágicamente, como si el destino se empeñara en escribir su historia con tintes de leyenda.

Hablar de Bonavena es hablar de una época dorada del boxeo argentino. Es recordar que hubo un tiempo en que un chico de Parque Patricios hizo temblar al mismísimo Muhammad Ali, y lo hizo con una sonrisa en la cara.

Si eres fanático del boxeo argentino, conoce la historia de Juan Carlos "Tito" Lectoure, leyenda del deporte.

0 comentarios:

Publicar un comentario