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miércoles, 16 de julio de 2025

George Foreman: El campeón que regresó al ring para salvar un sueño

Imagina ser una leyenda del boxeo, haberlo ganado todo y retirarte pensando que tu historia ya está escrita. Pero años después, una mirada de esperanza, un niño en riesgo y una comunidad necesitada te empujan a hacer lo impensado: volver al ring. No por fama. No por dinero. Sino para proteger algo más grande que tú mismo.

Esto no es solo la historia de un boxeador. Es la historia de un hombre que se negó a dejar que su legado terminara sin sentido. George Foreman, ícono del deporte mundial, volvió a calzarse los guantes a los 38 años, no para recuperar su gloria, sino para salvar a cientos de jóvenes que necesitaban un lugar en el mundo.

George Foreman

Un retiro lleno de fe, pero también de dificultades

George Foreman se retiró del boxeo en 1977. Con un récord impresionante y fama internacional, muchos pensaron que viviría una vida tranquila, dedicada a su fe como predicador. Sin embargo, su historia estaba lejos de terminar.

Tras dejar el ring, delegó el manejo de sus finanzas a sus hermanos Roy y Sonny. Las malas decisiones no tardaron en llegar. Para 1980, Foreman y su familia estaban en quiebra. Su fondo de jubilación se esfumó en un viaje a Santa Lucía con su esposa y sus hijos. A su regreso, encontró a su hermano Roy dando clases de boxeo en un gimnasio de iglesia, viviendo en la casa de su madre.

Fue en ese entorno, entre sermones y oraciones, donde Foreman sintió el primer llamado: una madre le pidió ayuda para su hijo. George la escuchó, pero no actuó. En ese momento, creía que su lugar estaba en el púlpito, no en un ring. Cuando supo que aquel niño terminó en prisión, algo en él cambió para siempre.

El nacimiento del Centro Juvenil y Comunitario George Foreman

Movido por la culpa, la compasión y un sentido renovado de propósito, George encontró un viejo almacén cerca de su iglesia. Con lo poco que le quedaba de ahorros, lo compró y lo transformó en el George Foreman Youth and Community Center.

El objetivo era claro: brindar un refugio seguro donde los jóvenes pudieran desarrollarse, alejarse de las calles, construir autoestima y canalizar su energía. El centro tenía pesas, una cancha de baloncesto, sacos de boxeo y lo más importante: una atmósfera de respeto, motivación y libertad.

Los chicos llegaron en masa. El lugar se llenó de vida. Pero sostenerlo económicamente se volvió una batalla diaria. Foreman gastó hasta el último centavo. Incluso el dinero destinado a la educación de sus hijos estaba en riesgo. Su abogado lo advirtió: si seguía así, perdería todo.

Pero George no podía permitir que esos jóvenes volvieran a las calles. Había prometido algo y estaba decidido a cumplirlo, sin importar el precio.

El regreso al boxeo: luchar por algo más grande

En ese momento de crisis, Foreman comprendió que solo había una forma de reunir el dinero necesario: volver al ring. Muchos lo consideraron una locura. Tenía 38 años. Llevaba una década retirado. El boxeo había cambiado. Sus reflejos ya no eran los mismos.

Pero George Foreman no volvía por gloria personal. Volvía para proteger algo que amaba. Cada golpe que lanzaría desde ese momento tenía un propósito: mantener vivo el centro juvenil y evitar que más niños terminaran en prisión, en pandillas o en el olvido.

Con determinación y fe, Foreman regresó al entrenamiento. Sus primeras peleas no fueron sencillas, pero poco a poco, fue recuperando su forma. El mundo entero observaba con escepticismo… hasta que en 1994, a los 45 años, George Foreman hizo historia.

Venció a Michael Moorer por nocaut en el décimo asalto y se convirtió en el campeón mundial de peso pesado más longevo de todos los tiempos. Una hazaña épica. Pero para él, el verdadero logro fue salvar su centro.

Más que un campeón: un líder comunitario

El regreso de George Foreman al boxeo fue más que una proeza física. Fue una declaración de principios. Un acto de amor hacia su comunidad.

Desde entonces, el centro juvenil que fundó se convirtió en un símbolo. No solo de deporte, sino de segunda oportunidades. Muchos de los jóvenes que pasaron por allí lograron cambiar su vida. Algunos se convirtieron en atletas, otros en profesionales, pero todos compartieron el mismo mensaje: alguien creyó en ellos cuando más lo necesitaban.

Y ese alguien fue George Foreman.

Lecciones que deja su historia

La historia de George Foreman es una lección de vida. No solo para deportistas, sino para cualquier persona que se pregunte si puede hacer la diferencia.

Nunca es tarde para comenzar de nuevo. Foreman volvió al ring a los 38 y fue campeón a los 45.

El éxito no siempre se mide por trofeos, sino por el impacto que generas.

Dar a los demás puede ser la mayor motivación para superar tus propios límites.

Un líder no es quien manda, sino quien se arremanga por los demás.

Un legado que va más allá del boxeo

Hoy, George Foreman es recordado no solo como un dos veces campeón mundial, sino como un hombre que supo escuchar el llamado de su comunidad. Su vida demuestra que el verdadero poder no está en los puños, sino en el corazón.

Muchos boxeadores han hecho historia sobre el ring. Muy pocos lo han hecho también fuera de él. Y Foreman es uno de ellos.

Si te gustó este post, te invitamos a leer la Historia de Manny Pacquiao.

viernes, 13 de junio de 2025

Ali: La Película que Rindió Homenaje al Boxeador Más Grande de Todos los Tiempos

¿Cómo se transforma un actor en leyenda? Esa fue la pregunta que Hollywood se hizo cuando decidió llevar la vida de Muhammad Ali a la gran pantalla. La respuesta: con mucho sudor, respeto por la historia y un protagonista dispuesto a darlo todo. La película Ali (2001), dirigida por Michael Mann y protagonizada por Will Smith, es mucho más que una biografía deportiva: es un retrato humano del hombre que cambió el boxeo... y el mundo.

Aquí te dejamos algunas curiosidades que nos trae el mejor blog de películas de la web

ALI PELICULA

¿De qué trata la película Ali?

Ali sigue los momentos más intensos de la vida de Muhammad Ali entre 1964 y 1974. Desde su victoria sobre Sonny Liston que lo convirtió en campeón del mundo, hasta la legendaria pelea contra George Foreman en Zaire conocida como "The Rumble in the Jungle". Pero más allá del ring, la película también muestra su conversión al islam, su rechazo al servicio militar durante la guerra de Vietnam, su lucha contra el racismo y su impacto cultural y político en Estados Unidos.

Will Smith: de actor a leyenda del ring

Uno de los aspectos más destacados de la película es la transformación física y emocional de Will Smith. Para interpretar a Ali, el actor se entrenó durante más de un año. Ganó cerca de 15 kilogramos de músculo, modificó por completo su dieta y entrenó con leyendas del boxeo como Sugar Ray Leonard. No fue solo una actuación: fue una inmersión total en la piel del campeón.

Smith también pasó horas junto a Muhammad Ali, quien le enseñó sus gestos, su forma de hablar y, sobre todo, su espíritu. El compromiso fue tal, que el propio Ali declaró: “Will no me imitó. Me encarnó.”

Entrenamiento de élite para una película de élite

Para lograr escenas de boxeo creíbles, no bastaba con un buen montaje. Smith y el resto del elenco entrenaron con boxeadores profesionales reales, lo que se traduce en combates que se sienten auténticos, con la intensidad y precisión del boxeo real. Cada movimiento, cada golpe y cada esquiva fue cuidadosamente coreografiada con la asesoría de expertos del deporte.

Incluso algunas de las escenas fueron grabadas en locaciones icónicas como el Madison Square Garden, donde Ali luchó en la vida real. En uno de los días de rodaje, Muhammad Ali hizo una aparición sorpresa en el set, dejando sin palabras al equipo y al propio Will Smith.

Reconocimiento crítico y legado cultural

Aunque la película recibió críticas mixtas por su ritmo y estilo narrativo, la actuación de Will Smith fue universalmente aplaudida, llevándolo a ser nominado al Premio Oscar como Mejor Actor. Además, Jon Voight también fue nominado como Mejor Actor de Reparto por su papel como el comentarista Howard Cosell, y la película recibió una tercera nominación por Mejor Canción Original.

La interpretación de Smith no solo fue reconocida por la Academia. La familia de Muhammad Ali expresó públicamente su apoyo y gratitud, afirmando que la película capturó con precisión la esencia del boxeador, tanto dentro como fuera del ring.

Banda sonora que respira los años 60 y 70

Uno de los elementos que más contribuye a la ambientación de Ali es su banda sonora cargada de soul, jazz y funk. Artistas como Sam Cooke, James Brown y Aretha Franklin dan vida a la época turbulenta y vibrante en la que Ali vivió. Cada canción conecta emocionalmente con las escenas, y refuerza la dimensión política y social del relato.

Ali como retrato de un símbolo de resistencia

Muhammad Ali no fue solo un boxeador. Fue un ícono cultural, un hombre que desafió al sistema, defendió sus principios y transformó la manera en que el deporte interactuaba con la política y los derechos humanos. La película no evita estos temas: los abraza y los convierte en el corazón del guion.

Desde su negativa a participar en la guerra de Vietnam —lo que le costó el retiro de sus títulos y una suspensión de tres años— hasta su regreso triunfal en Zaire, Ali retrata a un hombre en conflicto con el mundo, pero en paz consigo mismo.

¿Por qué ver Ali hoy?

Porque es mucho más que una película sobre boxeo. Es una lección de vida, coraje y coherencia. Es la historia de alguien que se atrevió a ser diferente cuando lo fácil era obedecer. Y porque Will Smith logra algo excepcional: no solo nos muestra al boxeador, sino también al hombre detrás del mito.

Si aún no la has visto, te estás perdiendo uno de los retratos más potentes y humanos del deporte en la historia del cine.

lunes, 26 de mayo de 2025

Pugilatio: El Brutal Origen del Boxeo en la Antigua Grecia que Sorprendería a Cualquier Fanático del Deporte

¿Sabías que el boxeo tiene más de 2.000 años de historia? Mucho antes de los cinturones de campeón, los estadios iluminados y las transmisiones en vivo, existía una versión mucho más ruda y sin reglas modernas. El boxeo, conocido por los griegos como Pugilatio, ya era un espectáculo en los primeros Juegos Olímpicos celebrados en Atenas en el año 776 a.C.. Pero esta disciplina distaba mucho del deporte que conocemos hoy.

origen del boxeo

Boxeo sin guantes… o casi

Los guantes de boxeo modernos están diseñados para proteger al rival y a quien golpea, pero los griegos antiguos usaban una versión primitiva muy diferente. ¿Cómo eran?

Hechos con tiras de cuero grueso, se envolvían alrededor de la mano, la muñeca y el antebrazo.

Una banda de vellón se usaba en el antebrazo para secar el sudor.

Los nudillos estaban reforzados, en algunos casos con metales como el cobre, lo que los convertía casi en armas letales.

Estos “guantes” no protegían al rival, sino que amplificaban el impacto.

Los combates eran duros, muchas veces sangrientos, y rara vez terminaban sin lesiones graves.

Reglas del boxeo en la Antigua Grecia

Aunque no había árbitros como hoy ni categorías por peso, los griegos establecieron ciertas normas básicas para que el Pugilatio fuera un enfrentamiento más o menos controlado. Aquí algunas de las reglas más destacadas:

No se permitía:

Agarrar al oponente.

Usar técnicas de lucha como derribos o llaves.

Arañar o atrapar con los dedos.

Se permitía:

Cualquier tipo de golpe con las manos.

Que los combates fueran sin límite de tiempo.

Que los púgiles pelearan hasta la rendición o incapacidad total.

¿Cómo se ganaba?

En un combate sin asaltos ni árbitros como los actuales, ganar no era cuestión de puntos o decisión técnica. La victoria llegaba únicamente cuando uno de los dos combatientes se rendía o quedaba fuera de combate.

¿Había ring? ¿Categorías?

Nada de eso. El combate se daba en un espacio abierto. No existía un cuadrilátero delimitado. Y mucho menos categorías por peso: los rivales se elegían al azar, lo que podía dejar a un púgil más liviano enfrentado a un auténtico gigante.

Los jueces: castigos con vara

Aunque no había un árbitro en el ring, los combates estaban vigilados por jueces (llamados hellanódikas), que usaban varas para hacer cumplir las normas. Si un púgil cometía una infracción, era corregido físicamente en el acto.

Combates eternos y soluciones extremas

Al no haber límite de tiempo, algunos combates podían alargarse durante horas. Cuando eso ocurría, los jueces proponían una medida drástica: intercambios de golpes sin defensa, turno a turno, hasta que uno no pudiera continuar. Una especie de “muerte súbita” a puño limpio.

¿Qué podemos aprender del Pugilatio hoy?

El boxeo griego era brutal, pero también revelaba un alto nivel de resistencia, coraje y espíritu competitivo. A pesar de la violencia, tenía sus propias reglas de honor. Hoy, el boxeo ha evolucionado hacia un deporte técnico, regulado y mucho más seguro. Sin embargo, sus raíces nos muestran cómo el deseo humano de competir y superarse viene de muy lejos.

jueves, 22 de mayo de 2025

Ringo Bonavena: El Ídolo del Boxeo Argentino Asesinado por la Mafia en Nevada

¿Puede un ídolo popular enfrentar a Muhammad Ali, bromear en su cara y terminar asesinado por la mafia en el desierto de Nevada? La vida de Oscar “Ringo” Bonavena fue una historia de gloria, coraje y tragedia que marcó para siempre el boxeo argentino.

Ringo Bonavena

De Parque Patricios al mundo: los primeros pasos de una leyenda

Oscar Natalio Bonavena nació el 25 de septiembre de 1942 en el barrio de Parque Patricios, Buenos Aires. Desde muy joven se vinculó al Club Atlético Huracán, donde no solo se hizo hincha, sino también boxeador. Con un físico imponente, mirada pícara y voz aflautada que contrastaba con su potencia en el ring, Bonavena se fue ganando el cariño de todos.

Tenía algo especial. No solo peleaba bien: entretenía, hablaba, provocaba, sonreía. Su personalidad desbordaba carisma y su carácter bonachón lo convertía en alguien querido incluso fuera del boxeo.

Rumbo a la gloria: el salto a Estados Unidos

El talento de Bonavena cruzó fronteras. Pronto, promotores lo llevaron a Estados Unidos, la cuna del boxeo profesional. Allí, en 1966, logró una victoria crucial frente al canadiense George Chuvalo, uno de los pesos pesados más duros del momento. Este triunfo le abrió las puertas del legendario Madison Square Garden, donde enfrentaría al temible Joe Frazier.

El 21 de septiembre de 1966, Ringo dio una de las mejores actuaciones de su vida. Aunque perdió por puntos, tiró dos veces a Frazier a la lona. El público estadounidense lo ovacionó. No había ganado, pero se había ganado el respeto.

El combate con Muhammad Ali: una batalla para el recuerdo

Después de años de altibajos y más de 20 peleas, Bonavena volvió a destacarse con tres victorias por nocaut frente a Manuel Ramos, James J. Woody y Luis Pires. Así logró otra oportunidad: enfrentar nada menos que a Muhammad Ali, el mejor boxeador de todos los tiempos.

Sabía que no tenía chances reales. Pero eso no lo detuvo. Al contrario: Ringo se divirtió como nunca. En la previa de la pelea lo provocó sin cesar, le hizo gestos, se burló, y hasta le gritó en la cara “¡Gallina!”. Ali, tranquilo, no se inmutó.

El combate se celebró el 7 de diciembre de 1970 en el Madison Square Garden. Duró 15 rounds. Ali fue claramente superior, pero en el décimo asalto, Bonavena lo arrinconó, lo hizo trastabillar y por un momento pareció que podía lograr lo imposible. Lo salvó la campana.

En el round final, agotado y golpeado, Bonavena cayó. Fue derrotado, sí, pero salió del ring con la frente en alto. Le había dado pelea al más grande.

El oscuro final: mafia, amenazas y un asesinato sin justicia

Ya en el ocaso de su carrera, Bonavena se trasladó a Nevada. Allí fue representado por Sally Conforte, una mujer poderosa en el mundo del boxeo, propietaria del famoso burdel Mustang Ranch, en Reno. El problema era que su exesposo, Joe Conforte, estaba vinculado a la mafia y no soportaba la cercanía entre Ringo y Sally.

Las amenazas comenzaron a volverse cada vez más serias. Joe le advirtió a Bonavena que no volviera al burdel. Pero Ringo, valiente como siempre, no se amedrentó.

La noche del 22 de mayo de 1976, en las afueras del Mustang Ranch, fue interceptado por el matón Ross Brymer, quien le disparó con un rifle de alto calibre. Ringo murió en el acto, con solo 33 años.

El crimen, con claros vínculos mafiosos, fue rápidamente encubierto. Brymer solo pasó 15 meses en prisión. El caso fue caratulado como "homicidio involuntario".

El adiós a un ídolo: velorio multitudinario en el Luna Park

El cuerpo de Bonavena fue repatriado a Argentina. Su velorio en el mítico estadio Luna Park fue una despedida monumental: más de 100.000 personas pasaron para darle el último adiós. Vecinos, fanáticos, periodistas, colegas y hasta políticos se acercaron a despedir a uno de los íconos más grandes del deporte nacional.

Hoy, Ringo descansa en el cementerio de la Chacarita. Su tumba, simple y adornada con guantes de boxeo, recibe visitas todos los años. Su legado sigue vivo.

Más que un boxeador

Oscar “Ringo” Bonavena no fue solo un peleador. Fue una figura popular, un showman, un símbolo de valentía y desparpajo. Peleó contra los mejores, hizo reír a todos y terminó su vida trágicamente, como si el destino se empeñara en escribir su historia con tintes de leyenda.

Hablar de Bonavena es hablar de una época dorada del boxeo argentino. Es recordar que hubo un tiempo en que un chico de Parque Patricios hizo temblar al mismísimo Muhammad Ali, y lo hizo con una sonrisa en la cara.

Si eres fanático del boxeo argentino, conoce la historia de Juan Carlos "Tito" Lectoure, leyenda del deporte.

viernes, 2 de mayo de 2025

De la Calle al Campeonato: La Historia Inspiradora de Manny Pacquiao

"Dormía en la calle y vendía pan para sobrevivir… años después, levantaba un cinturón de campeón mundial." 

Manny Pacquiao

Esta es la historia real de Manny Pacquiao, un hombre que pasó de la pobreza extrema a convertirse en leyenda del boxeo, campeón mundial en ocho categorías diferentes y símbolo de perseverancia.

Pero su camino no fue fácil. Fue una batalla contra el hambre, el abandono y las circunstancias más duras. Hoy, te contamos cómo un niño filipino, descalzo y sin futuro, se convirtió en uno de los deportistas más grandes de la historia.

Infancia en la Pobreza: Los Primeros Golpes de la Vida

Manny Pacquiao no nació en una cuna de oro. Vio la luz en Kibawe, Filipinas, en una familia tan pobre que muchas veces no tenían qué comer. A los 12 años, ya sabía lo que era vender donuts y pan en las calles para llevar algo de dinero a casa.

Sus días transcurrían descalzo, con el estómago vacío, pero con un fuego interno que lo mantenía en pie. Mientras otros niños jugaban, él luchaba por sobrevivir.

Pero el golpe más duro llegó una noche, cuando su padre, sumido en el alcoholismo, mató a su perro—su único compañero en los momentos más oscuros. Ese fue el punto de quiebre. Con el corazón destrozado, huyó de casa y terminó durmiendo en las calles de Manila, refugiándose en cajas de cartón bajo la lluvia y el frío.

El Boxeo: Su Única Salida

En medio de la desesperación, Pacquiao encontró su tabla de salvación: el boxeo. Empezó a entrenar como si su vida dependiera de ello… porque, en realidad, así era.

Su primera pelea fue un reflejo de su determinación: pesaba menos de lo requerido, así que metió piedras en los bolsillos para alcanzar el peso mínimo. Ganó. Y así, pelea tras pelea, fue abriéndose camino en un mundo que al principio no lo tomaba en serio.

No tenía patrocinadores, ni zapatos, ni una alimentación adecuada. Pero tenía hambre de triunfo—y eso fue suficiente.

El Ascenso a la Gloria: De la Calle al Estrellato

Pacquiao no solo se convirtió en campeón, sino que hizo historia:

  • Primer boxeador en ser campeón mundial en 8 divisiones diferentes.
  • Considerado uno de los mejores libra por libra de todos los tiempos.
  • Ícono global y héroe en Filipinas.

Pero más allá de los títulos, lo que lo define es su mentalidad inquebrantable. Mientras otros se rendían, él seguía adelante, convirtiendo cada derrota en un aprendizaje y cada victoria en motivación para dar más.

El Verdadero Triunfo: Ayudar a los Que Más Lo Necesitan

Con fama y fortuna, Pacquiao nunca olvidó sus raíces. Regresó a Filipinas para:

  • Construir casas para familias pobres.
  • Donar millones en ayuda humanitaria.
  • Apoyar a niños sin recursos.
  • Incluso perdonó a su padre, demostrando que la grandeza no está en los títulos, sino en el corazón.

Lecciones Que Todo Deportista (Y Persona) Debe Aprender

El talento no es suficiente: la disciplina lo es todo.

Las circunstancias no definen tu futuro; tu actitud sí.

El éxito no es solo ganar, sino también ayudar a otros a triunfar.

Pacquiao lo resumió mejor que nadie:

"No hay victoria más grande que levantarte cuando la vida te ha tumbado una y otra vez."

Conclusión: Un Legado Que Trasciende el Ring

Manny Pacquiao no es solo un campeón del boxeo; es un símbolo de superación. Su historia nos recuerda que no importa cuán duro sea el camino, con determinación y corazón, el éxito es posible.

Si te gustó esta historia, compártela y déjanos en los comentarios: ¿Qué obstáculos has superado en tu vida deportiva? 

¿Quieres más historias inspiradoras? No te pierdas la historia de superación de Michael Jordan, el mejor de todos los tiempos.

lunes, 3 de marzo de 2025

Juan Carlos "Tito" Lectoure: El legado imborrable del boxeo argentino

El 2 de marzo de 2002, Buenos Aires despedía a una figura icónica del deporte argentino: Juan Carlos "Tito" Lectoure, el hombre que impulsó el boxeo nacional a lo más alto y transformó el Luna Park en un ícono cultural. Nacido el 10 de junio de 1936, Lectoure no solo fue un empresario visionario, sino también un promotor que llevó a 12 boxeadores argentinos a conquistar títulos mundiales en distintas categorías.

Juan Carlos "Tito" Lectoure: El legado imborrable del boxeo argentino

De joven deportista a empresario del boxeo

Desde muy joven, "Tito" se destacó en el deporte, especialmente en el boxeo, disciplina que practicaba en el club Gimnasia y Esgrima. Su vida dio un giro cuando, tras la muerte de Domingo Pace y su tío José Lectoure, herederos del mítico Luna Park, fue elegido administrador del recinto con apenas 20 años. Así comenzó su ascenso como el empresario más envidiado del país.

El promotor que revolucionó el boxeo argentino

Con un profundo conocimiento del boxeo, Lectoure combinó su rol de empresario con el de promotor. Su gestión no estuvo exenta de polémicas: era conocido por su carácter fuerte y su forma implacable de manejar a sus boxeadores. Desde intervenir en su vida privada para mantenerlos alejados de los excesos hasta usar métodos extremos durante los combates (como pinchar a un boxeador con tijeras para hacerlo reaccionar), "Tito" siempre buscaba sacar lo mejor de sus pupilos.

Entre sus representados, destacó su relación con Víctor Emilio Galíndez, a quien consideraba como el hijo que nunca tuvo. Sin embargo, su vínculo con Carlos Monzón fue más turbulento. Cuando Monzón decidió cambiar de representante, Lectoure le advirtió: "Anda con ellos, pero te van a cagar". Años después, Monzón regresó arrepentido tras ser estafado, pidiendo perdón a quien siempre lo había guiado con firmeza.

El Luna Park: De templo del boxeo a escenario multiusos

En los años 80, ante la decadencia del boxeo, Lectoure reinventó el Luna Park, convirtiéndolo en el teatro más grande de Buenos Aires. Desde recitales de Frank Sinatra hasta el casamiento de Diego Maradona, el estadio fue testigo de eventos históricos. Incluso, su ingenio quedó demostrado cuando engañó a Luciano Pavarotti con un piano que no funcionaba, desatando las risas de ambos al descubrir el ardid.

Un legado que trasciende el ring

En el año 2000, "Tito" recibió un merecido reconocimiento al ser incluido en el Salón de la Fama del Boxeo en Estados Unidos. Su muerte, el 2 de marzo de 2002, marcó el final de una era. Fue velado en el Luna Park, al igual que Carlos Gardel, y sus restos descansan en el cementerio de la Chacarita.

Juan Carlos Lectoure no solo fue un empresario y promotor; fue un hombre que dejó una huella imborrable en el boxeo y la cultura argentina. Su legado sigue vivo en cada rincón del Luna Park y en la memoria de quienes lo conocieron.

jueves, 6 de febrero de 2025

Ali vs de Foreman - "El Combate" de Norman Mailer

Alí vs de Foreman

"Cuando quedaban veinte segundos para que terminara el asalto, Alí atacó. De acuerdo con su cálculo, producto de veinte años de boxeo, y con todo lo que había aprendido acerca de lo que se podía y de lo que no se podía hacer en el ring en cada momento, escogió precisamente ese instante como la ocasión adecuada y, recostado contra las cuerdas, lanzó a Foreman un derechazo y un izquierdazo y luego se liberó de las cuerdas para asestarle un izquierdazo y un derechazo.

En este último golpe hizo intervenir otra vez el guante y el antebrazo, un golpe demoledor en la cabeza que lanzó a Foreman hacia delante haciendo eses. Cuando pasó al lado de Alí, éste le pegó en un lado de la mandíbula con la derecha y se alejó de las cuerdas de tal manera que fuera Foreman quien quedara más cerca de ellas.

Por primera vez en todo el combate, ponía a Foreman al borde del ring. Alí lo castigó con una combinación de golpes tan rápidos como los del primer asalto, pero más fuerte y más seguidos, tres derechazos capitales en serie dieron de lleno en Foreman, luego un izquierdazo, y por un instante asomó a la cara de Foreman el reconocimiento de que estaba en peligro y que debía empezar a buscar su última protección. Su adversario estaba atacando y detrás de él no había cuerdas.

¡Qué conmoción! ¡Se habían invertido los ejes de su existencia! ¡Ahora el que estaba contra las cuerdas era él! Luego un tremendo proyectil exactamente del tamaño de un puño dentro de un guante penetró hasta el centro mismo de la mente de Foreman, el mejor golpe de esa noche sorprendente, el golpe que Alí había guardado durante toda su trayectoria profesional.

Los brazos de Foreman volaron hacia los lados. Doblado en dos, trató de alcanzar el centro del ring. Durante todo ese tiempo tenía los ojos puestos en Alí y lo miraba desde abajo, sin ira, como si Alí fuera en realidad el mejor hombre que conocía en el mundo y lo estuviera mirando el día de su muerte. El vértigo se apoderó de Foreman y lo hizo girar. Todavía doblado por la cintura en esa postura de incomprensión, manteniendo los ojos fijos en Mohamed Alí, empezó a tambalearse y a caer aun cuando no lo deseaba. Su mente quedaba sujeta por imanes en lo alto, mientras su título de campeón y su cuerpo buscaban el suelo.

Cayó como un mayordomo de 60 años y un metro 80 de estatura que acaba de recibir  trágicas noticias, sí, fue un largo derrumbamiento de dos segundos durante los cuales el campeón caía por partes mientras Alí daba vueltas alrededor de él, formando un círculo estrecho y con la mano preparada para pegarle una vez más, pero no hubo necesidad; fue una escolta completamente íntima hasta el suelo."