domingo, 9 de noviembre de 2025

Choi Hong Hi: el hombre que cambió la historia de las artes marciales con el Taekwondo

El 9 de noviembre de 1918, en la aldea de Dae Hwa, en lo que hoy es Corea del Norte, nacía Choi Hong Hi, un hombre destinado a escribir una de las páginas más importantes en la historia de las artes marciales: la creación del Taekwondo. Su vida no fue sencilla, pero precisamente de la dificultad nació su fuerza.

Desde niño, Choi demostró un carácter rebelde e indomable. Creció entre las montañas del condado de Myŏngchŏn, y a los 12 años fue expulsado de la escuela por desafiar a las autoridades japonesas durante la ocupación. Esa rebeldía marcaría el inicio de su camino hacia la independencia y la disciplina.

historia del Taekwondo

De la resistencia al arte marcial

Tras ser expulsado, Choi se unió al Movimiento Independentista de Estudiantes en Gwangju, una organización que luchaba por la libertad de Corea. Durante ese tiempo conoció al maestro Han Il Dong, un calígrafo que lo adoptó como discípulo y le enseñó no solo el arte de la escritura, sino también el del cuerpo.

Al ver su fragilidad física, Han Il Dong lo inició en el Taekkyon, un antiguo arte marcial coreano caracterizado por sus patadas circulares y movimientos fluidos. Esa enseñanza ancestral fue la semilla del futuro Taekwondo.

Un viaje decisivo a Japón

En 1937, Choi fue enviado a Japón para continuar sus estudios. En Kyoto conoció al señor Kim, quien lo introdujo en el Karate-Do, disciplina en la que Choi demostró una habilidad excepcional, alcanzando rápidamente el segundo Dan. Sin embargo, su espíritu seguía atado a su tierra y su deseo de liberar a Corea del dominio extranjero.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue forzado a unirse al ejército japonés, pero su destino cambiaría radicalmente cuando fue identificado como miembro del movimiento independentista y encarcelado. En prisión, en lugar de rendirse, comenzó a fusionar el Taekkyon y el Karate, creando un estilo único que más tarde se convertiría en el Taekwondo.

El nacimiento del Taekwondo: una historia escrita en prisión

En la soledad de su celda, Choi encontró la libertad a través del movimiento. Practicaba cada día, refinando sus técnicas, combinando la gracia del Taekkyon con la fuerza del Karate. Sus compañeros de prisión y hasta su guardia se convirtieron en sus primeros alumnos. Pronto, toda la prisión se transformó en un Dojang, un espacio de entrenamiento donde la disciplina y la esperanza florecían entre los muros.

El final de la guerra y la liberación de Corea en 1945 marcaron un nuevo comienzo. Choi fue nombrado subteniente del nuevo ejército nacional, y con cada ascenso militar, su creación ganaba terreno y respeto.

De Corea al mundo: la expansión del Taekwondo

En abril de 1955, una junta de historiadores y maestros reconoció oficialmente al Taekwondo como arte marcial. Ese día se consolidó uno de los hitos más grandes en la historia deportiva y cultural de Corea.

El éxito fue inmediato. En 1961, Choi alcanzó el grado de comandante del cuerpo de infantería, y el Taekwondo se expandió rápidamente por toda Asia, llegando incluso a convertirse en una disciplina obligatoria para las fuerzas armadas de Vietnam.

El 22 de marzo de 1965, se fundó la Federación Internacional de Taekwondo (ITF), con asociaciones en países como Alemania Occidental, Estados Unidos, Italia, Malasia, Singapur y Vietnam. Choi había logrado su sueño: convertir su arte en un lenguaje universal de disciplina y respeto.

La división del Taekwondo: dos caminos, una misma historia

En 1973, el presidente surcoreano Park Chung-hee impulsó la creación de la World Taekwondo Federation (WTF), actual World Taekwondo (WT), para promover la disciplina como deporte nacional. Sin embargo, esta decisión se tomó a espaldas de Choi, quien mantenía su visión más tradicional y espiritual del Taekwondo.

La rivalidad entre la ITF (de orientación norcoreana) y la WTF (surcoreana) marcó una dolorosa división dentro del arte marcial. Cuando el Comité Olímpico Internacional reconoció al Taekwondo como deporte oficial, eligió la versión surcoreana, dejando a su creador fuera del podio histórico.

Aun así, Choi nunca abandonó su propósito. Viajó por el mundo enseñando su método, visitando países, fundando escuelas y difundiendo el verdadero espíritu del Taekwondo: la unión entre cuerpo, mente y honor.

El legado eterno de un visionario

Choi Hong Hi falleció el 15 de junio de 2002, en su tierra natal, dejando un legado que trasciende fronteras. Su historia es la de un hombre que, desde la adversidad, creó una disciplina que hoy practican millones de personas en más de 200 países.

El Taekwondo no es solo un deporte; es un lenguaje universal de respeto, coraje y equilibrio, nacido del corazón de un pueblo oprimido y transformado en símbolo de identidad nacional.

Cada patada, cada saludo y cada cinturón que asciende lleva consigo la esencia de su creador: la historia viva de Choi Hong Hi, el hombre que cambió para siempre el destino de las artes marciales.

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